Sobre los últimos tres lotes disponibles en Cariló, se desarrolla este complejo residencial y comercial que se entregará en diciembre de 2020. Será una inversión de u$s 2,5 millones para un proyecto de 3.150 m². El precio de venta de las unidades ronda los u$s 2.500 por m².
Rodeado por un frondoso bosque se encuentra el pintoresco centro comercial de la exclusiva localidad de Cariló, provincia de Buenos Aires. Allí, en los últimos tres lotes que estaban a la venta en la zona, Carlos Carrizo desarrolla Arami Cariló, complejo integrado por
20 unidades residenciales y dos locales comerciales de 200 m² (24 y 26 metros lineales de frente) que comenzó a construirse a fines del año pasado sobre la calle Cerezo entre Calandria y Boyero, a cuatro cuadras de la playa. La estructura será de planta baja y primer piso, con cocheras subterráneas. El acceso principal –en doble altura– se hará sobre el frente comercial de Cerezo (entre medio de los dos locales que tendrá el complejo) y el otro sobre la calle Casuarina. Habrá departamentos de 1 a 4 ambientes que tendrán de 50 a 140 m² y contarán con parrilla, cochera cubierta y propuestas de amplio jardín, balcón o terraza de uso privado. Como servicios para las áreas en común, se ofrecerá piscina climatizada, gimnasio, sala de masajes y sauna de uso exclusivo para los propietarios. “Como la gente valora mucho los espacios que utiliza con la familia, en estos departamentos hay, por ejemplo, monoambientes de 50 m² que tienen arriba una terraza con parrilla de similar superficie para poder invitar a amigos y pasar una tarde o noche espectacular”, cuenta Joaquín Bustillo, socio de Celtis, comercializadora del complejo. El proyecto es del estudio Onn Arquitectura de Vicente López, mientras que la Dirección de Obra está a cargo de la arquitecta local Laura Bernaola y construye Nivel. “Se está haciendo con muy buena calidad. La vara se puso muy alta y se mantiene así. El hormigón es muy bueno, los fenólicos que utilizan son nuevos y los puntales son todos telescópicos. El encofrado lo hacen todo con aluminio”, agrega Bustillo.
Una obra en etapas
Comenzó el 12 de octubre del año pasado pero el 20 de diciembre debieron suspenderla –hasta el 18 de marzo de 2019– debido a la denominada Ley de Paisaje Protegido que rige para esta localidad balnearia (esta normativa determina, entre otras cuestiones, la paralización de toda obra durante el período veraniego). En ese lapso llegaron a construir uno de sus dos locales –que ya estaba comprometido para ser ocupado por la automotriz Nissan durante esta temporada (se habilitó el 28 de diciembre)– y realizaron el hormigonado de una sección del complejo. La arquitecta Laura Bernaola, directora de Obra, detalla: “Esto se hizo en tiempo récord. No sólo se construyó el local sino que había cosas del emprendimiento que –por una cuestión operativa de obra– había que hacerlas también en ese momento. Por ejemplo, ya construimos la piscina porque si no después había que descalzar el edificio. Un tabique de la pileta se interponía con las bases del sector del local, así que la única manera de solucionarlo era hormigonándola con anticipación.
En estos dos meses se hicieron las fundaciones de todo este sector y la piscina que es colindante con el local”. Se trata de una pileta terapéutica –tipo spa– de 1,30 metros de profundidad continua. En esa área estarán también los vestuarios y, en la planta alta, el sauna seco, el húmedo y la sala de masajes. Según explica Bernaola, “la idea es que éste sea un espacio de mucho uso. En general, es en el invierno cuando los amenities –como la piscina interior– se usan más en Cariló, porque en el verano se disfruta del jardín y del resto de la naturaleza. El gimnasio también se instalará arriba, balconeará a la piscina”. Bustillo describe la distribución que tendrán las unidades: “Los monoambientes serán 10 e irán arriba de los locales (sobre Cerezos). Detrás (hacia Casuarinas) estarán las viviendas intermedias y más grandes”. Luego, Bernaola acota: “Todas las unidades del último nivel tienen terraza propia con pérgola e instalaciones para poner un hidromasaje, si es que el propietario lo desea”.
La arquitecta comenta: “Éste es un año particular para el proyecto porque es de transición. Se terminó una primera etapa, pero todavía falta construir otro nivel de obra arriba. Lo que ya se construyó es una muestra del edificio total, ya que será todo de hormigón visto y el piso en porcellanato de grandes piezas cementíceas”. Hacia el cierre de esta edición se debían retomar los trabajos que, en una primera instancia, comprenderán el hormigonado del otro cuerpo del edificio. “La obra la sectorizamos en dos etapas: el cuerpo 1, que es el paralelo a Cerezo, y el cuerpo 2, que es perpendicular a Casuarina. Se hizo una junta de dilatación en la estructura ya previendo que se avanzaba con el primer edificio y que después éste se engancharía con el de al lado. Lo que sí tuvimos que hacer son las fundaciones de la segunda etapa porque quedaban a desnivel, y también hay tabiques que vienen desde 1,80 metros (de profundidad). Para julio de este año se estima terminar el hormigonado de la estructura y la obra gruesa para empalmar con el hormigón de la etapa 2. Queremos llegar a mostrar el showroom de un departamento para la primavera (octubre o noviembre) así ya podemos exhibirlo”, adelanta la directora de Obra. En tanto, Bernaola también comenta detalles del potencial de los espacios comerciales: “La idea de los dos locales es que sean espacios multiuso. Esto actualmente se plantea como un espacio para una automotriz, pero podría ser otra cosa; si bien no tiene instalación de cocina amplia –es una kitchenette–, cuenta con sanitarios propios y vestuarios. En cuanto al otro local (el que aún no se construyó), ya se prevé un espacio más interesante para la cocina, así que podría instalarse una cafetería”. Los casi 60 metros del frente comercial que habrá sobre la calle Cerezo estarán acompañados de una amplia plataforma de exposición que respetará los pinos originales. En tanto, los departamentos y el edificio contarán con vista a la tupida arboleda de la plaza Guerrero. “En los exteriores –para las tarimas de exposición y la zona de expansión– se usa madera de eucaliptus de replantación, que se deja agrisar para que tome su estado natural y, de este modo, no se aplica ningún químico. Actualmente está en proceso pero llega un momento en que se va a unificar todo en un tono natural. La ventaja que tiene esto, con respecto a un solado tradicional, es que impacta mucho menos el medio ambiente y tiene más que ver con el entorno de Cariló. A su vez, son suelos permeables que drenan el agua en forma natural”, destaca la arquitecta.