Llama la atención la cantidad de desarrollos y de stands de consultoras y brokers de este país en la Expo Real Estate. Cada vez son más las empresas que vienen a buscar compradores, especialmente las de Miami.

gentileza de los entrevistados

A pesar del momento, los argentinos siguen siendo un público interesante para los desarrolladores estadounidenses. Por eso, es casi una cita obligada brindar una conferencia o tener un stand en la Expo Real Estate. “Este año no participamos activamente pero igual vinimos a hablar con nuestros clientes que ya compraron porque necesitamos mantener el contacto con ellos. En septiembre o, a más tardar en octubre, se entrega Brickell Flatiron y queremos saber si todos los clientes podrán cerrar las operaciones tal como acordamos”, cuenta Chris Suárez, director de Ventas de la desarrolladora CMC. “Sí, estamos un poco preocupados, aunque la Argentina siempre fue un país que nos interesó para tener presencia y sabemos que siempre, de una u otra manera, va a seguir habiendo compradores argentinos”. El emprendimiento está vendido en un 92% y se encuentra en su última etapa. “Quedan solo 43 unidades por vender. Los precios de los departamentos que nos quedan van de u$s 630.000 a u$s 8 millones. Hay desde 1 hasta 4 habitaciones. Aunque el de u$s 8 millones es un penthouse con 6 habitaciones. De esta tipología eran cuatro dúplex en total y queda uno solo a la venta”, detalla Suárez, quien da la primicia de un nuevo proyecto que CMC va a lanzar en Bal Harbour en el mes de enero. “Será una torre residencial pero muy distinta de Flatiron. Tendrá apenas más de 40 unidades distribuidas en ocho pisos, en un terreno que está sobre la línea de la costa, con lo cual no solo es otra zona sino otro público”. Alejandro Navia, vicepresidente de Marketing y Ventas de Driftwood, vino a contar los cambios en la regulación para las visas con EB5. Metodología estrenada en 1990, desde entonces no tuvo cambios hasta ahora, aunque recién en 2010 los desarrolladores comenzaron a usarla como una forma de financiamiento. “Casi 30 años después se hará un cambio por medio de una regulación. El monto mínimo sube a partir de noviembre, de u$s 500.000 a u$s 900.000, cuando se trata de proyectos en una zona de alto desempleo. También se restringieron este tipo de áreas, con lo cual muy pocas califican para lo más bajo del EB5, mientras que las zonas de bajo desempleo pasan de u$s 1,2 millones a u$s 1,8 millones. Entonces, hacer una inversión de casi u$s 2 millones ya suena diferente. Estamos intentando que las zonas no se achiquen tanto, pero no es una decisión nuestra”, detalla. “Casi no tiene sentido hacer un nuevo negocio en zonas muy deprimidas donde quizá no haya retorno. Por eso, precisamos reescribir la ley para tener amplitud en estas zonas de alto desempleo. Sobre todo si queremos que el impacto económico sea real y tenga sentido para quienes quieren hacer nuevos negocios”, sigue Navia. En la Expo presentaron, además, dos oportunidades: un hotel en Arizona y otro en el Space Cost, donde compraron una serie de propiedades. “Hace seis años compramos el primer hotel en esta zona cercana a Cabo Cañaveral. El que vamos a construir ahora está ubicado en una ciudad que se llama Melbourne, que es una zona de playa. Y ahí los inversores pueden entrar con un retorno del 8,5% anual”.

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