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Edición #89 |
"Unir el Pacífico con el Atlántico es más estratégico que Vaca Muerta"
El ministro de Producción e Industria de Neuquén, Facundo López Raggi, cuenta los avances de su cartera y de la provincia, y explica el porqué de la explosión demográfica de los últimos años.
Nora Cassolino y gentiliza del Ministerio de Producción e Industria de Neuquén
Facundo López Raggi es ministro de Producción e Industria de la provincia de Neuquén. En su twitter se define como “cutralquense y bostero” y en la charla se esfuerza por demostrar que su provincia es mucho más que Vaca Muerta.
Aunque reconoce la importancia que tienen los hidrocarburos no convencionales, apuesta a que sean un motor para la diversificación de la matriz productiva que impulse el desarrollo del capital humano.
Comentó hace poco que a Neuquén llegan 20 familias por día a radicarse. ¿Por qué sucede esto?
Por un lado, está Vaca Muerta que tiene un imán y, por otro, porque en el resto del país no hay oportunidades como las que se suceden en la provincia.
Eso ha hecho que muchos migrantes de otros lugares del país, y también muchos venezolanos que son especialistas en petróleo, estén llegando a la provincia al igual que colombianos.
Este fenómeno no es nuevo para Neuquén y hace a su esencia. Ya pasó en los 70 con las represas, cuando comenzaron a llegar docentes, y con el gas de Loma de la Lata.
¿Y la provincia está preparada para recibirlos?
Es imposible estar preparado, siempre se corre detrás de la demanda social. La gente viene y se instala como puede. La capacidad de vivienda no alcanza para atender la demanda; luego esas personas que se instalan tienen hijos que necesitan colegios, rutas para movilizarse, hospitales. La demanda crece permanentemente y por desgracia siempre estamos atrás. En parte por un tema de financiamiento y también por una cuestión de capacidad de ejecución de las obras.
Neuquén tiene sistemas educativo y de salud que siempre han sido muy buenos, que están diseñados desde hace mucho tiempo y que funcionan bien.
La infraestructura escolar es impresionante, hasta en el lugar más chico del interior de la provincia tenemos establecimientos escolares con todos los servicios. Aun así, con esta dinámica, en las urbes, en el Gran Neuquén, seguimos teniendo problemas porque es ahí donde se asienta la mayoría de la gente.
Hay que tener en cuenta que si se suman la ciudad de Neuquén con la rionegrina Cipolletti, que está cruzando el río, y las neuquinas Centenario, Alegre y San Patricio del Chañar hacia el este, y a Plottier, Senillosa, Arroyito al oeste y del otro lado del río (en la provincia de Río Negro) se agregan Fernández Oro, Allen, General Roca y Cinco Saltos, se forma un aglomerado de casi 1,5 millones de habitantes.
Para reforzar la idea: hace 4 o 5 años la provincia de Neuquén tenía alrededor de 500.000 habitantes y hoy, 700.000, cifra que implica –en términos relativos– un impacto muy fuerte.
¿En qué situación está hoy el tren de Añelo que se utilizará para mejorar la logística de Vaca Muerta?
Ojalá se haga, porque va a ser importante para el desarrollo de Vaca Muerta, pero aún más para el desarrollo de la provincia y la región, al unir el océano Pacífico con el Atlántico. Entendemos que ahí hay un corredor que es más estratégico que Vaca Muerta.
La idea es que este tren llegue al norte de Añelo, en el corazón del yacimiento, cruce Río Negro hacia el sur y el sur-sureste, pasando por Cinco Saltos, y empalme con la vía actual del “Zapalero” a la altura de Fernández Oro-Allen.
En su momento, cuando la minera Vale anunció que iba a desarrollar el potasio en Río Colorado, también se había propuesto un tren que venía desde Mendoza y retomaba la vía existente que une Zapala con Bahía Blanca. La idea es reforzar esa lógica.
¿La lógica del paso ferroviario a Chile?
Es un proyecto en el cual Neuquén había decidido embarcarse y, de hecho, extendió las vías que llegaban hasta Zapala alrededor de 30 kilómetros hacia Chile, país que ahora se está dando cuenta de lo que hay del otro lado de la cordillera con Vaca Muerta y está muy interesado en generar un flujo económico muy importante para sus puertos, que son realmente buenos y eficientes.
¿La inversión que se está haciendo en Vaca Muerta está dentro de los parámetros esperados?
Neuquén tiene 100 años de historia petrolera, no es una industria nueva para nosotros, aunque siempre se desarrolló la explotación convencional, por pozo, donde se buscaba una especie de “laguna subterránea” de petróleo y allí donde se la encontraba se hacían pozos para extraer el petróleo.
El no convencional es algo totalmente diferente y generó nuevas perspectivas y otras oportunidades, una película del futuro que tenemos la suerte de poder ir a ver a Estados Unidos, a las zonas de Permian, Eagle Ford o Pensilvania, que nos llevan 10 años de ventaja.
Eso nos permitió reducir las curvas de apren-dizaje –hoy estamos en niveles de eficiencia casi como los de Estados Unidos– y que los inversores extranjeros que participan de Vaca Muerta puedan ser más eficientes.
¿Cómo se adjudican las concesiones en estos casos?
Hoy el proceso de otorgamiento de concesión es el siguiente: las empresas interesadas en invertir en Neuquén para desarrollar y explotar la actividad en el marco de una concesión a 35 años tienen derecho a tomar los primeros cinco en una suerte de “estado piloto” y, al cabo del quinto año, tienen que decidirse: o dejan la concesión o pasan a la producción.
Tenemos 35 concesiones otorgadas, de las cuales cuatro ya están en producción, tres van a entrar (que son de Shell) y otras tres entrarán de aquí a fin de año, según anunció el gobernador.
Lo que ha movido la aguja de este último tiempo es el pase de los “pilotos” a producción. Actualmente, Vaca Muerta sólo tiene el 4% de la superficie en producción, con lo cual el potencial es enorme y para inversores como Shell, Chevron o Exxon ya está muy claro que la formación Vaca Muerta es igual o mejor que la de Estados Unidos, que pasó de ser un importador neto de hidrocarburos a ser un exportador de peso a nivel global.
Con respecto a la cadena de valor del hidrocarburo no convencional, ¿está prevista la llegada de industrias que comiencen a fabricar en Neuquén?
Como provincia, buscamos que vengan empresas que se asienten, se radiquen, inviertan y generen empleo, pero no todas –en especial las de la industria metalmecánica– están dispuestas a dejar sus casas matrices en Buenos Aires, Santa Fe o Córdoba, porque su principal actividad está allí, porque trabajan para la industria automotriz o para la maquinaria agrícola y mudarse implicaría diversificarse.
No nos interesan las empresas “golondrina” que, ante cualquier cimbronazo, levantan campamento y dejan personas en la calle, a las que luego debemos atender en sus necesidades básicas.
Respecto de los parques industriales, que es el tema de esta edición, cuéntenos qué están haciendo para promoverlos.
Nos interesa desarrollar la industria y para eso están los parques industriales. Presentamos un proyecto de ley de promoción económica que genere incentivos para que se radiquen industrias.
Tenemos un esquema de parques industriales provinciales, municipales y privados. En total son cinco. El más importante está en la ciudad de Neuquén, que tiene un desarrollo de varios años y actualmente posee 850 hectáreas. Hay otros tres con diversos grados de desarrollo: Plaza Huincul, Zapala y Rincón de los Sauces. Y, además, tenemos el desafío, junto con inversores privados, de desarrollar el de Añelo, que es la base urbana más cercana de Vaca Muerta, donde actualmente hay un parque municipal con 336 hectáreas y que queremos ampliar. La idea es que los privados hagan la inversión necesaria para dotarlo de todos los servicios y pagarles con tierra hasta llegar a las 756 hectáreas, que serán comercializadas en etapas de 100 o 150.
Hablamos de zonas de meseta patagónica, desérticas, donde la energía llegó hace poco y hay que hacer inversiones importantes en provisión de agua para recibir en forma inmediata a las empresas que se quieran instalar.
Es por eso que estamos trabajando en los pliegos de condiciones, porque necesitamos que participen jugadores con capacidad e historial serio de inversiones.
¿Qué pasó con el potasio que iba a explotar la brasileña Vale?
En realidad, las minas de potasio estaban en Mendoza, donde se lo explotaba, y cruzaba a Neuquén a través del río Colorado, desde donde se transportaba en tren. Hubo un interés muy importante y, sinceramente, no sé qué sucedió. Nunca nos quedó muy claro si desde Vale consideraron que los números no “cerraban” o si hubo complicaciones logísticas, pero fue un proyecto que arrancó fuerte y se diluyó.
¿En qué estado está el proyecto de la represa hidroeléctrica de Chihuidos?
En el Gobierno neuquino y desde Emprendimientos Hidroeléctricos Sociedad del Estado Provincial del Neuquén (Emhidro S.E.P.), que tiene a cargo el desarrollo del proyecto, están en contacto con gente de China y permanentemente se están buscando alternativas para invertir. Chihuidos es nuestro estandarte y lo necesitamos por un tema de seguridad de cuencas y con el fin de generar más energía hidroeléctrica para el país.
Además, da potencialidad para el desarrollo productivo en materia de riego y demográfico en toda su área.
¿Cómo está el tema de las renovables?
Nosotros tenemos vientos en la Patagonia, así que estamos encarando algunos emprendimientos para complementar la cartera de energías que posee la provincia.
Hay numerosos proyectos de pequeños aprovechamientos hidroeléctricos, ¿en qué estado están?
Muy avanzados y con financiamiento árabe, en especial en la zona norte de la provincia. Algunos de ellos ya están, hay otros con financiamiento asignado, por lo cual en el corto plazo empiezan a construirse. Son pequeños, pero suman no sólo energía sino territorio al generar movimiento en las localidades.
¿Cuál es la realidad de la minería en Neuquén?
No tiene todo el impulso que podría tener. Aun así, en la zona de Andacollo se instaló una empresa australiana que está explotando una mina de oro a la que le está yendo muy bien, al punto que había anunciado inicialmente que iba a emplear a 100 personas y está empleando a 200. Andacollo queda al norte de Chos Malal, en una zona minera a la que se está sumando el turismo y que, si bien al lado de Vaca Muerta puede parecer pequeña, en términos relativos es muy importante.
¿Cómo funciona el “Compre Neuquino”?
Hay dos regímenes: uno es para el Estado, y el otro, para petróleo y gas. El del Estado es para compras realizadas por él y lo que tratamos de hacer todo el tiempo es que cada una de las administraciones de las dependencias tenga conciencia de que existe una ley especial en materia de obra pública, porque son las inversiones más importantes. En el “compre petrolero” no se busca incorporar las empresas neuquinas por el solo hecho de serlo, sino que la ley plantea que estén a la altura del mínimo de los requerimientos de calidad de la industria hidrocarburífera –que es muy exigente– e invitar a participar a aquellas que estén en condiciones de competir. La ventaja comparativa que tiene la empresa neuquina es que, si cotiza hasta un 7% más que una empresa de otra provincia, puede igualar la mejor oferta. Esta ley nos sirve para tratar de que las empresas hidrocarburíferas desarrollen programas de proveedores locales.
La industria petrolera es una gran generadora de pasivos ambientales. ¿En qué están trabajando para intentar disminuir ese impacto?
Nosotros conocemos desde hace años el impacto que tiene la industria petrolera, porque ya llevamos un siglo conviviendo con ella. La provincia mejoró muchísimo sus controles in situ y la tecnología disponible para los tratamientos de tierras con residuos petroleros –el llamado flowback, que es el agua que vuelve luego del fracking–, para lo cual hoy hay mucha tecnología y allí donde ponemos el acento en materia de control.
¿Cuáles son las obras en marcha más importantes, ya sea por el impacto que tendrán en la región o por su volumen?
Además de las obras ferroviarias, todas las obras en rutas y en materia de conexión son relevantes. En el caso de mi cartera (de Producción e Industria), tenemos a cargo obras como el aeropuerto de cargas en la ciudad de Neuquén y la zona franca de Zapala, cuyo contrato de concesión ya está a la firma y es un tema fundamental, sobre todo para la circulación con Chile.
También está la puesta en marcha del Parque Industrial Provincial de Añelo, con 736 hectáreas de superficie.
Otras obras muy significativas para nosotros son las vinculadas con el riego, fundamentales para la diversificación de la matriz productiva en zonas como Mari Menuco, Arroyito y Plaza Huincul, donde prevemos llevar riego a 600 hectáreas para producción agropecuaria.
Un tema muy importante en el que ya hay emprendimientos e inversiones en la zona de Alicurá y Piedra del Águila es la acuicultura, especialmente la pesca detruchas. Hay una producción de más de 1.500 toneladas y se inicia el cultivo de la trucha asalmonada, de más de 2,5 kg, que tiene un excelente precio internacional.
Hablemos de la famosa “industria sin chimeneas”: el turismo…
Tuvo un crecimiento espectacular también a raíz de Vaca Muerta, y eso se explica porque quienes trabajan allí son personas con altos salarios en términos relativos, comparados con el resto de la provincia y del país, y están en una zona que les permite llegar con comodidad a todos los destinos turísticos. Eso hace que los fines de semana la ocupación hotelera sea total. En este sentido, por ejemplo, el aeropuerto de San Martín de los Andes ya está desarrollado y tiene cada vez más frecuencias como destino final. Además, el aeropuerto de Neuquén es el quinto del país en volumen de pasajeros, con vuelos directos a Córdoba, Salta, Comodoro y Mendoza.