La irrupción del COVID-19 modificó hábitos y resignificó proyectos indispensables. En términos urbanísticos, la vivienda precaria fue entendida como un espacio de reproducción del virus. En ese marco, el Colegio de Escribanos multiplicó su compromiso con el programa de escrituraciones sociales en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. En un trabajo conjunto con el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) y la Secretaría de Integración Social y Urbana (SECISYU), desde que comenzó la pandemia por el mes de marzo en 2020 y al cierre del primer semestre de 2021, se habrá logrado la meta de escriturar unas 1.500 nuevas viviendas en los barrios Rodrigo Bueno, Playón de Chacarita, Papa Francisco (Villa Lugano), Alvarado, Mundo Grúa y Villa 31, entre otros. Este programa fue posible gracias al convenio firmado con la Secretaría Legal y Técnica de CABA en 2018, para que cada nuevo propietario acceda a su vivienda a través de una escritura pública, autorizada por un escribano, con honorarios sociales costeados por el Estado local. Un factor distintivo en la Argentina respecto de otros países de América latina para barrios populares.