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Edición #97 |
“Que haya locales vacíos en los edificios no significa el fin de los usos mixtos”
Nicolás Marengo, director de Desarrollo y Operaciones de Gewin, se refiere al cambio que trajo la pandemia. Además, en la nota, repasa los 18 años en el mercado y los más de 20 emprendimientos residenciales, de oficinas y plazas comerciales.
Marina Cassolino y gentileza de Gewin
Quienes se mueven como peces en el mar del real estate argentino saben que decir Icon es pensar en un solo nombre: Gewin. Pero no todos ellos conocen que se trata de una empresa que nació en el año 2003 como una oficina multidisciplinaria en la que un grupo de amigos brindaban servicios de asesoramiento en inversiones. Hoy incluye en su porfolio 10 de sus “icónicos” edificios, muchos terminados, algunos en desarrollo y otros en jóvenes proyectos, a los que se suma otra decena con diferentes nombres.
Es, justamente, en el piso 4 de uno de estos Icon (realizado en 2012) donde Nicolás Marengo, fundador y uno de los socios, además de director de Desarrollo y Operaciones de Gewin, me espera para hablar sobre la trayectoria de esta empresa. Ubicado en Av. del Libertador 264 en Vicente López, este edificio de oficinas es el fiel reflejo de la filosofía que los impulsa desde sus inicios: visión de futuro, creatividad y transformación. Tres conceptos que se repiten a lo largo de toda la charla y que llevan a un denominador común: la búsqueda de soluciones para la comunidad. “Nuestra inquietud, curiosidad y el estar en permanente desarrollo y movimiento nos llevó a estar en sintonía y llegar a tiempo a nuevas necesidades del mercado, a nuevos lugares de urbanización”, cuenta Marengo.
Visión de futuro
En la búsqueda permanente por ofrecer un valor agregado al inversor, el directivo enfatiza la importancia de que la compra no sea solamente “un pozo como herramienta para el ahorro para después venderlo como una unidad terminada”, sino que tenga el plus de “acompañar el crecimiento de una zona”. Así, junto con el desarrollo que tuvo el sector donde levantaron Icon Office Libertador 264, recuerda otros dos hitos que los posicionan en el mercado como una empresa que se arriesga a ver oportunidades donde aún resulta impensado. “El corredor urbano Donado Holmberg (Villa Urquiza, CABA) era un lugar abandonado y olvidado. De repente, se generó un desarrollo que hoy brinda muchísimas respuestas a la gente. Ahora se puede recorrer de noche con múltiple oferta gastronómica. Allí, en Echeverría y Donado, fuimos los pioneros al hacer uno de los primeros proyectos de la zona”, dice.
Lo mismo sucedió en Ingeniero Maschwitz donde, según cuenta, nadie apostaba que una plaza comercial en Colectora Este km 41,5 y Ruta 26 podría funcionar y, sin embargo, funcionó. Allí inauguraron en 2013 el Icon Plaza Maschwitz, con 3.400 m2 de uso comercial en el que los vecinos pueden encontrar desde una farmacia, una pinturería o local deportivo hasta la clásica hamburguesería norteamericana, y pronto también se sumará un gimnasio con 1.300 m2. Este resultado hizo que ya estén construyendo el Icon Plaza Maschwitz II en Colectora Este Ramal Escobar al 2100. “Nuestra curiosidad y la inquietud permanente por mejorar y crecer en el mercado argentino, que no es fácil, hace que busquemos nuevas zonas, nuevas oportunidades, que no nos centremos en un determinado público. Así, fuimos incorporando gente en el área de retail y nos hicimos fuertes en el desarrollo de centros comerciales, y en la comercialización y puesta en marcha de los emprendimientos”, afirma Marengo.
Creatividad
La multidisciplinaridad es una de las características de esta empresa que, además de nuestro entrevistado, cuenta con otros tres socios: Ignacio Carpanelli (director de Desarrollos Financieros), Guido Zuchini (director comercial y de Marketing) y Mariano Basile (director del sector Retail). Todos están dedicados a la búsqueda de nuevos proyectos y, a su vez, cada uno en su propia área: operaciones, financiera/contable, marketing y ventas, respectivamente.
“Siempre tratamos de adecuarnos a los cambios. El poder dedicarnos al desarrollo de proyectos residenciales, de oficinas, centros comerciales y locales nos dio estabilidad y equilibrio cuando un mercado u otro estaba en alza o en baja”, explica Marengo.
La pandemia por COVID-19 modificó muchos hábitos, algunos que llegaron para quedarse y otros que serán momentáneos. El desarrollo residencial, sin importar el tamaño de su superficie, ya no se concibe sin un balcón aterrazado y una parrilla, lo que habla de la búsqueda de los habitantes por espacios abiertos. En lo que respecta al rubro inmobiliario, trabajar desde casa significó que muchos locales comerciales ubicados en la planta baja de los edificios comerciales hoy se encuentren vacíos ante la ausencia de sus clientes oficinistas. Sin embargo, para el directivo de Gewin esto no significa el fin de los edificios de usos mixtos; cuando la tormenta pase, estima que “esos locales se reemplazarán por comercios de cercanía que brinden a los vecinos una variedad interesante de propuestas comerciales y gastronómicas cerca de su casa”.
Si bien reconoce que “el home office llegó para quedarse”, entiende que no sucederá “en el sentido de que no vayan a existir más las oficinas”. Poco a poco los empleados están volviendo a sus lugares de trabajo algunos días a la semana, por lo que “estamos convencidos de que la oficina va a seguir siendo el punto de encuentro, de reuniones, de programación, de negocios. Lo que va a suceder es que las empresas requerirán menos metros cuadrados de oficinas pero seguirán necesitando ese espacio”.
Hoy el nuevo paradigma, en este sentido, son las unidades funcionales modulares. “A los proyectos que originariamente habíamos pensado como oficinas, hoy les estamos dando una vuelta de rosca para que sean modulares: que una misma unidad funcional pueda ser una oficina, un departamento, un showroom o alquilarse para B&B. Para eso es necesario tener muy buenos y novedoso espacios comunes y amenities relacionados con el co-living, que durante el día se aplican mayormente al trabajo, las reuniones laborales, multidisciplinarias y que en la noche puedan ser utilizados para el esparcimiento”, explica y anticipa que buscan “una identificación muy fuerte con esto y pensamos trabajar en esos edificios modulares e inteligentes que brindan una propuesta diferente y soluciones a las personas. Es una transformación de la pequeña oficina a salas de reuniones que se puedan reservar”.
Destaca la búsqueda de espacios estratégicos para dar respuesta a estas nuevas necesidades, como lo es la construcción en zona sur de dos proyectos: el Icon Boulevard Caseros (Caseros 791, San Telmo), con departamentos de 1, 2 y 3 ambientes para uso residencial y apto profesional y un local gastronómico; y el Icon Office Paseo Colón (Av. Paseo Colón 1430, San Telmo), de usos múltiples con oficinas, locales comerciales en planta baja y terrazas para gastronomía. En el mismo sentido están realizando otro emprendimiento al norte de la ciudad de Buenos Aires, en Av. Cabildo 3400. El objetivo, dice, es buscar ubicaciones que ayuden a “evitar ese tiempo muerto de las personas en los distintos medios de transporte para ir o volver de sus trabajos”.
Optimismo
En tiempos donde la construcción se abre y cierra al ritmo de las restricciones sociales y sanitarias, la mirada de Marengo sobre la actualidad y el futuro del mercado inmobiliario es optimista. “Creo que hay un gran crecimiento; se ve mucho movimiento, por lo que estimo que vamos a superar los niveles prepandemia. La afectación del ahorro en ladrillos va a seguir siendo la vedette, por lo que tenemos plena seguridad de que vienen tiempos mejores”. En ese sentido, afirma que seguirán “sumando nuevos proyectos, buscando multiplicar los metros cuadrados en construcción”.
Asimismo, 2020 quedará en los anuarios de Gewin como un período “muy bueno, de muchas ventas, nuevos proyectos y mucho crecimiento”. Así lo demuestran las ocho propuestas en las que están trabajando tanto en el sector inmobiliario como en el del retail, no solo en Argentina sino también en Uruguay: siete en producción y una reciente adquisición para desarrollar en el barrio de Núñez.
Todos estos proyectos, junto con otros ya realizados, forman parte de la decoración de la oficina donde estamos llevando a cabo la entrevista. Mirando cada cuadro se puede ver la evolución de esta empresa que Marengo define como “una pequeña familia que pretende divertirse, trabajando en lo que le gusta”. Al preguntarle por el futuro, no duda en contestar que se visualizan “siempre con una idea de empresa sana, con ganas e intenciones de modificar y de trascender la compañía más allá de las personas. Pueden cambiar los actores, pero que la empresa siga, con nuevos proyectos y que sea el orgullo de la transformación de generar valor a los activos; ya sea desde un lote para un edificio de oficinas, viviendas o comercios, el desafío es estar en permanente búsqueda por ofrecer productos y propuestas novedosas”, concluye el directivo.