Häfele Argentina realizó un análisis sobre las nuevas formas de habitar que tomaron mayor protagonismo en los últimos meses.
Es que el COVID-19, el aislamiento social y la cuarentena aceleraron los cambios que se venían dando de manera paulatina. Así, detectaron que se reconfiguran los espacios, a la vez que hay una necesidad de renovarse y de disfrutar de lo que hacemos. Durante la pandemia, lo que Häfele advirtió es que en pocos días podíamos reconfigurar nuestras rutinas y las de todos los miembros de nuestra familia. Pero con ello les demandamos a los espacios que habitamos mayor capacidad de adaptarse a nuestras necesidades, que se volvieron más exigentes y cambiantes. Así, los dormitorios debieron ofrecernos espacios de trabajo o de escuela. Los livings de los más atletas se convirtieron en gimnasios. Las cocinas, en restaurantes que ofrecían cuatro comidas al día…

Con estos cambios también crecieron las consultas y la demanda de soluciones como camas rebatibles, camas escritorios que no pierden la verticalidad, puertas corredizas para dividir e integrar ambientes según cada necesidad, escritorios regulables en altura, etc. Por otra parte, Häfele se refiere al disfrute. Tuvimos que hacernos el tiempo para ocuparnos de la casa, el trabajo y las tareas de los más pequeños. Y parte de alcanzar el objetivo fue entender que debíamos descubrir cómo disfrutar de los procesos. Cocinar podía pasar a ser una fiesta si teníamos todo al alcance de la mano. O mantener el orden era algo fácil de materializar con los espacios de guardado diseñados para este fin.
Pero estar todo el día en casa también nos hizo reflexionar y repasar si cada espacio nos brindaba todo aquello que necesitábamos. Hubo quienes se animaron al refresh y a incorporar pequeños cambios que representaran grandes transformaciones: desde soluciones que sumaban funcionalidad y confort, como estaciones de carga USB en lugares estratégicos para los dispositivos, hasta organizadores de cajones para encontrar todo rápido. Cambios que durante mucho tiempo postergamos o que tal vez no habíamos pensado, pero que ahora identificábamos como propuestas que nos podían representar una nueva oportunidad para nuestros espacios.