Cómo se adaptaron o readaptaron las empresas para cumplir con el aislamiento social preventivo y obligatorio y, a la vez, continuar produciendo. Qué estrategias tuvieron que implementar y qué fue lo que más les costó.

Concretus es una compañía que se dedica a la producción de premoldeados de hormigón y tiene una estructura de trabajo “relativamente chica. Somos una empresa joven, práctica y dinámica, tanto en nuestra forma de trabajar como también de pensar y relacionarnos hacia adentro y hacia afuera”. Así la define Nicolás Ricci, director comercial y uno de sus socios. “Eso fue lo que nos permitió adaptarnos rápidamente a las circunstancias actuales. Hemos tomado todas las medidas y protocolos de seguridad necesarios, no solo para garantizar la salud de nuestros empleados de planta sino también para cumplimentar los objetivos que teníamos establecidos antes de la pandemia”, agrega. Con respecto al personal administrativo y comercial, Concretus cuenta con un software de gestión online que permite trabajar a distancia. “Obviamente, uno extraña el contacto diario con las personas y la dinámica de trabajo que eso genera, pero hemos logrado mantener el funcionamiento de la empresa adaptándonos a la circunstancias que nos tocan vivir hoy en día”.
Galvylam, por su parte, comenzó a establecer alianzas estratégicas transversales con clientes y proveedores en función de desarrollar propuestas y soluciones necesarias para la pandemia. “Tal es así que surgieron los Módulos Sanitarios Móviles (MSM) para brindar apoyo a la infraestructura hospitalaria de los municipios en todo el territorio nacional. Son unidades de 15 m² trasladables, con dos consultorios para la atención temprana de todas las necesidades sanitarias y habitacionales”, comenta Alejandro Lenton, líder de Desarrollo de Negocios de la empresa.
Por tratarse de una actividad considerada esencial, Galvylam está trabajando al 100% de la operación. “Pero pasamos distintas etapas en la cuarentena, donde fuimos turnando parte de los equipos día por medio para no estar todos juntos en el ámbito de trabajo. Las personas que integran grupos de riesgo trabajan desde su casa y otros integrantes del equipo también”, suma Lenton, quien cuenta que tuvieron que adoptar protocolos estrictos de cuidado interno, como por ejemplo la higiene continua de manos, superficies, uso de barbijos y camisolines, además de la toma diaria de temperatura a todo el personal. “Pero también hubo cambios que la empresa venía transitando, lo que facilita sobrellevar estos momentos de crisis de una mejor forma. Por ejemplo, la transformación digital ya había comenzado a hacerse hace unos años con el trabajo en plataformas de e-commerce y con servidores para mejorar la conectividad dentro y fuera de la empresa. El desarrollo de una oficina técnica también nos permitió trabajar rápidamente en distintas propuestas; entre ellas, el lanzamiento de la marca Prosan en tiempo récord, con toda su propuesta de productos para el cuidado personal, como barbijos, tapabocas, alcohol en gel, camisolines, mamelucos de obra, máscaras faciales, cofias y todo lo necesario para cuidarse en este momento complejo”.

Estrategias para enfrentar la crisis

Justamente, 15 días antes del comienzo de la cuarentena obligatoria, Concretus analizaba la posibilidad de contar con mayor presencia de la marca en algunos canales de comunicación. “Fue por ello que decidimos pautar con MKT de Obras, al considerar que era una oportunidad para llegar a potenciales clientes que aún no nos conocían y así ampliar nuestra base de datos. Asimismo, intensificamos y mejoramos nuestras campañas en Facebook, Instagram y Google Adwords, además de actualizar y mejorar nuestra base de datos del e-mail marketing, asegurándonos de poder causar un mayor impacto en nuestros clientes. Ya veníamos trabajando en estas campañas, con muy buenos resultados, pero estamos convencidos de que siempre se puede mejorar generando más impresiones y tráfico en nuestra página web”, describe Ricci.
La última semana de mayo lanzaron una campaña comercial con un producto específico: el bloque estándar liso, de 19x19x39 cm. “Por suerte, hemos tenido buenos resultados –se alegra el directivo–. Este tiempo de pandemia nos dio la posibilidad de analizar en profundidad la venta de nuestros productos a través de Mercado Libre, sin dudas el Nº 1 en ventas online, lo cual nos pone muy contentos ya que lo consideramos un socio comercial estratégico para la expansión de nuestro negocio”.
En el marco de las estrategias comerciales, Galvylam generó dos canales: uno masivo y otro más específico. Para el primero, creó alianzas con fabricantes de elementos de protección personal, apoyándolas con capital para incrementar la producción y abastecer así al mercado con productos para la pandemia: barbijos, tapabocas, camisolines, cofias, cubre zapatos y otros. “Desde el departamento de Marketing se lanzaron los catálogos al mercado, ayudando así a generar nuevos clientes y a que aquellos que ya nos acompañaban pudieran disponer de elementos de sanidad para revender o para uso del personal. Por otro lado, un canal más específico fue desarrollar los Módulos Sanitarios Móviles, que pueden utilizarse tanto como consultorios como para internación”, agrega Laura Lozano, jefa comercial de la compañía.
En el entorno virtual, transformaron su centro de capacitación –que funciona a través de CONTECSA, en el auditorio de la empresa– “en un centro virtual liderado por los profesionales de siempre”. Allí brindan los cursos de steel framing y otros relacionados con las marcas que comercializa Galvylam. “De esta forma, logramos estar muy cerca de nuestros clientes y mantener activo el centro de capacitación, que es un semillero del cual egresan alrededor de 300 alumnos por año”, asegura Lozano.
En cuanto a la comunicación, están trabajando en el posicionamiento en las redes con mayor intensidad: “Desde un lugar de presencia casi permanente, con el objetivo de estar cerca de nuestros clientes amigos que día a día reconfirman el compromiso con nuestra empresa y viceversa, brindando atención tanto personalizada como online para todos aquellos que así lo requieran. Nuestro mayor desafío en un contexto que obliga al aislamiento es hacer sentir a nuestros clientes que estamos cerca”, enfatiza la ejecutiva.

Aprendizaje para el futuro

“Creo que lo que más nos costó, y nos cuesta aún, es la incertidumbre frente a la situación que se está viviendo. Puedo decir que la empresa está adaptada, a nivel laboral. En parte, porque mantenemos una estructura chica que permite ser flexibles sin perjudicar el correcto funcionamiento. Pero no saber hasta cuándo ni cómo es una incógnita muy difícil de despejar en la ecuación que hacemos diariamente. El escenario es complejo, hoy el problema es la cuarentena y las restricciones laborales. El día de mañana, cuando superemos esta etapa, el desafío será reactivar de forma inmediata la economía y, en nuestro caso, el rubro de la construcción”, define Ricci.
“Personalmente, creo que de todas las experiencias se aprende, sobre todo cuando son tan extremas. Hay cambios que llegaron para quedarse, de forma medida y responsable, como la flexibilidad horaria o el presentismo. Trabajar con objetivos, sin dudas, es más favorable que cumplir un horario de oficina. También sostengo que muchas de las cosas deberían volver a la ‘normalidad’, ya que es fundamental para el desarrollo de una empresa. Lo pienso de cara a los clientes; poder verlos, que puedan visitar las instalaciones de la empresa, que se sientan contenidos y seguros de dónde están depositando su dinero: esa confianza es difícil de generar a través de una llamada”, sincera el directivo de Concretus.
“Somos una empresa que está siempre cerca del cliente, tanto en su estudio, en su obra o porque nos visita en nuestro centro de capacitación o taller de prácticas. En este momento, es complejo para nosotros no poder mantener esa práctica, aunque sí estamos brindando continuamente capacitaciones online o charlas abiertas vía Zoom; nuestro equipo comercial está en contacto con todos los clientes. Tenemos claro que estamos presentes, pero es distinto. Lo importante es que sepan que aquí estamos”, cuenta Lenton.
“La transformación digital que impulsó la restricción a la circulación, sin dudas, es favorable. Por otra parte, toda la industria de la construcción se ha volcado a brindar capacitaciones online gratuitas, charlas abiertas, comunicaciones sobre nuevos productos, y ha abocado todos sus recursos a capacitar a sus clientes. Desde el otro lado, el cliente tiene tiempo para poder prestar atención a toda esa información. Por lo cual, más allá de la capacitación que individualmente tenga cada profesional, creo que tendremos un mejor resultado a futuro”, agrega Lenton.
¿Qué queda después de esta experiencia? “Saber que podemos funcionar como empresa en situaciones realmente adversas; aprendimos a relacionarnos entre nosotros sin vernos a diario en la oficina, con nuevas herramientas de comunicación; hemos salido de nuestra zona de confort, si es que la hay cuando tenés tu propia empresa. Tuvimos que reformular todo nuestro esquema productivo sin perder de vista nuestro objetivo anual de producción; y, por último, creo que aprendimos a desarrollar un mejor vínculo con todos nuestros proveedores y fortalecer una relación indispensable para poder seguir produciendo”, enumera positivamente Ricci.
“Esencialmente, no valorábamos las aristas más importantes de las relaciones humanas y del cuidado del medio ambiente. Este tiempo vino a refrescarnos eso con una fuerte intensidad. Todo lo que nos planteemos a partir de aquí como emprendimiento o negocio tiene que tener sí o sí esos dos valores como grandes faros. No puede ser ejecutable si no es totalmente sustentable en cuanto al cuidado del medio ambiente y en pos de mejorar las relaciones humanas. En esto, por suerte la arquitectura y la construcción en seco tienen mucho que aportar”, concluye Lenton.

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